Cuando un lugar forma parte de nosotros De pequeño yo era un chico con mucha imaginación, a veces supongo que hasta desmesurada. En mi mente llegué a imaginarme que todo en esta vida tenía alma y personalidad, hasta los objetos más absurdos de mi casa, como podía ser el sofá, la nevera o el televisor.Sigue leyendo «La Casa de la Playa»