Nightmare Country

Si las miradas matasen

Aquellos que me conozcáis más allá de esta reseña, lo siento por vosotros, sabréis que no soy particularmente fan de Sandman. Admiro profundamente la maravillosa y desquiciada mente de Neil Gaiman, su capacidad de imaginar universos enteros y de plasmarlos en apenas dos páginas me parece algo verdaderamente insólito y es por ello mismo que siempre le concederé el estatus de genio al que la mayoría de la industria lo ha encumbrado. Es más, lo defenderé con uñas y dientes contra todo aquel que se atreva si quiera a discutirlo.

Pero, para mí, la genialidad de Gaiman está en su habilidad de fabulista, de creador, de cuenta cuentos. Sin embargo, como narrador nunca ha conseguido impactarme del mismo modo que lo ha hecho como “ideador” de la maravillosa locura que es Sandman. Y por eso (y por otras muchas cosas que darían para una reseña totalmente diferente), es por lo que nunca he conseguido acabarme esta obra, pero soy capaz de reconocer su maestría y el precedente que sentó en su momento para el noveno arte y la narrativa de ficción en general.

Con este preámbulo, uno pensaría que, sin acabar de gustarme la obra original, el relanzamiento de lo que DC Comics ha tenido a bien denominar Universo Sandman sería algo por lo que yo pasaría por encima sin apenas arquear una ceja. Y, efectivamente, uno se equivocaría de pleno. Pues a pesar de mi general desinterés por lo que a cualquiera de las Big Two se les ocurra para poder seguir haciendo dinero, la cabecera de Sandman y todo lo que rodea a esa Vertigo primigenia tiene un aura especial que hace que tenga que tragarme mis prejuicios y mi, a veces fingido, desdén hacia una editorial como la de Burbank.

Especialmente cuando recuperan al que me atrevería a catalogar como uno de mis personajes fetiche, de esos que independientemente de lo que hagan con él, te sientes obligado a leerlo. En ocasiones con el más legítimo de los intereses y el mantra de “por favor que no la caguen, que esto es algo muy importante para mí”, y otras veces con la total seguridad de que “esta vez seguro que la han cagado”. Pero, es precisamente en este tipo de cabeceras menores, fuera de la continuidad principal, donde tanto Marvel como DC han conseguido demostrar que aún tienen capacidad para sorprendernos y hacer que, por segunda vez, nos traguemos nuestras ideas preconcebidas sobre su última maniobra comercial. Pero bueno, perdonad esta divagación, el personaje al que me refería, ese personaje que se ha convertido en un impulso que provoca en mí un reflejo casi instantáneo e incontenible de “comprar” no es otro que John Constantine: Hellblazer.

Y sí, sé que esta no es la reseña que debería estar ocupando este texto (de hecho, esa otra reseña ya existe desde hace un tiempo y la tenéis aquí). Pero es que, echando la vista atrás, y aunque casi parezca mentira, este relanzamiento del ideario vertiguero de Gaiman bajo el llamado Sandman Universe va camino de comenzar su quinto año. Y la obra con la que yo reentré a este universo, con la promesa de nuevas historias igual de oscuras que las originales, a manos de los equipos creativos más punteros de la industria, no fue con otra que con Sandman Universe Presents John Constantine: Hellblazer (se las trae el título, eh). Pero bueno, como digo, la historia de cómo esa primera grapa de la nueva etapa de Hellblazer acabó en mis manos, casi sin quererlo, en una tienda mancuniana hace ya casi – joder – cuatro años, es otra historia diferente que podéis leer en el link que os he mencionado en este mismo párrafo (por favor leed mis reseñas que si no la jefa no me da de comer).

La historia sobre la que realmente debería estar escribiendo habla de otro personaje, que, sin llegar a ser tan fetiche (tampoco es que lo hayan utilizado mucho hasta ahora, todo hay que decirlo), también es rubio, con pelazo, probablemente con el mismo acento inglés y que, si se lo ofrecen, seguro que se fumaba más de un piti. No, no es Constantine, os estoy hablando de El Corintio.

Y es que, especialmente después de la serie de Netflix y de la increíble encarnación del personaje por parte de Boyd Hollbrook, ¿a quién no le va a gustar una pesadilla encarnada en un psicópata asesino con bocas en lugar de ojos? Aunque realmente esta obra se centra en otra pesadilla con bocas en lugar de ojos, unas bocas bastante más grotescas y asquerosas en un cuerpo que se parece más al de Jabba el Hutt que al de Boyd Hollbrook. Terrorífico, ¿verdad?

El caso es que mentiría si dijese que a este Nightmare Country entré por la atracción que me provoca un personaje como El Corintio. Pues, aunque sin duda es un factor que ayudó a decantar la balanza, lo cierto es que, si decidí comprar esta primera mini sobre la pesadilla, fue principalmente atraído por quién está detrás de ella: James Tynion IV (del que creo que también he hablado un poquito recientemente The Nice House On The LakeEl Departamento De La Verdad, y tranquilos porque pienso seguir haciéndolo de forma insistente en el futuro) y Lisandro Estherren, quien me tiene ganado desde el primer número de Redneck.

Pero, por si fuera poco, además del planteamiento de la historia, centrándola en Flynn, una joven estudiante de arte, en lugar de directamente en El Corintio, añadiendo un componente thriller que nadie mejor que Tynion IV sabe capturar en las páginas de un cómic; tenemos la genial idea (que supongo que deberíamos atribuirle a Chris Conroy) de intercalar pequeñas historias de apenas 8 páginas, que profundizan un poco más en de dónde viene El Corintio y cómo funciona el Sueño. Lo que hace que la obra sea totalmente accesible a lectores que no hayan leído Sandman, o ni siquiera hayan visto la adaptación televisiva. Encima, estos pequeños interludios corren a cargo del propio Tynion IV acompañado de artistas invitados de excepción como Yanick Paquette, Andrea Sorrentinto, Michael y Laura Allred o Aaron Campbell.

La única pega que puedo sacarle a esta obra viene de la parte editorial (por fin puedo desatar mi odio hacia las mega corporaciones de nuevo). Pues poco puedo decir de Tynion IV que no haya dicho ya mil veces, sin lugar a dudas el guionista más en forma de la industria americana, con un talento único para las historias de terror y que encima es majísimo en persona (mi original de Erica Slaughter lo atestigua). O de Estherren, quien ya brillaba de la mano de Donny Cates pero que, en estas páginas, coloreado por su compatriota Patricio Delpeche, rivaliza por convertirse en uno de mis artistas favoritos.

No, como digo, la única pega que le puedo poner a Nightmare Country es el empeño de DC por hacer obras “a temporadas” o disfrazar de mini-serie una serie regular. Pues estos 6 primeros números que componen la obra no son más que el prólogo a todo lo que está por venir, tanto para El Corintio como para Flynn. Pero antes de que os llevéis las manos a la cabeza y empecéis a echar espumarajos, sabed que ya han confirmado que ese porvenir se materializará en Marzo de 2023 con una nueva cabecera (básicamente Nightmare Country 2.0) que correrá a cargo del mismo equipo creativo y con exactamente el mismo enfoque que hasta ahora. Así que estad tranquilos, y permaneced atentos al Previews, porque vuestras pesadillas están en buenas manos.

Ficha técnica

Título originalSandman Universe: Nightmare Country
AutoresJames Tynion IV, Lisandro Estherren, Patricio Delpeche
EditorialDC Comics
Fecha de publicaciónAbril 2022

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