Night Fever

¡Ah, ah, ah, ah, stayin’ alive!

“Todo lo que hacemos que se supone que nos hará felices… no logra llenar nuestro vacío interior”

Esto va más allá de que esperemos su Santo Grial y lo alabemos sacudiéndonos sus errores –si es que existen– o sus puntos flojos –si es que existen también–. Brubaker no necesita mucho para captar la atención real del lector. La de verdad, la que te muestra ALGO y luego lo va desgranando como le da su santa gana haya leído el lector algo suyo anteriormente o no. Las primeras páginas de este Night Fever se muestran adictivas a borbotones. Planta la semilla del thriller sin querer –es lo que tiene ser un máster del Universo en esto de escribir– y ya deja al lector convaleciente y con la jeringuilla preparada para más dosis directas a las venas.

¿Me he venido arriba? ¿Quizá exagero? Posiblemente no, pero tras leer una obra tras otra y ver que el listón, no sólo no baja, sino que tiene altialtos –sí, sí, los altibajos no van con estos dos– utilizando ese noir elegante, sucio y pulcro a la vez, entretejiendo historias solitarias o terrores profundos. Aún tergiversando clichés, el guionista de Maryland sigue siendo original en el resultado. Siempre. Pueden gustarte sus historias, tener tu favorita a años luz de las demás, pero no podemos negar que lo que cuenta, cómo lo cuenta y como está dibujada y coloreada está muy por encima del 90% de cómics del mercado y tener una compra segura dentro del tsunami editorial es un respiro económico importante.

Libros que hablan de libros, historias dentro de historias. Sueños dentro de sueños –pero no los de Batman y Bane con Tom King a la batuta eh–. Este trío funciona como un maldito Ferrari del siglo XXIII superando la barrera del sonido. No hay nada que no funcione aquí. Y eh, ojo, aunque ya vamos predispuestos con BruLips, con la inestimable y portentosa ayuda de Jacob Phillips en esta ocasión, a encontrarnos con el vellocino de oro cual Jasón y sus argonautas, eso no le resta ni un ápice de solidez argumental y artística. Sabemos que será bueno, lo es y no hay más.

Pocas páginas, como dije unos párrafos más arriba, y la obsesión, velada y tranquila al principio, pero no disimulada, se lanza al tablero y sólo queda esperar que explote, que salpique hasta el rincón más recóndito de nuestra mente. Que haya misterio, horror. Que hasta duela leer a personajes obsesionados, de quita y pon. De hasta empatizar con determinados sentimientos primarios dentro de esa vorágine. Caras desconocidas en charlas coloquiales y manufacturadas al por mayor mientras el protagonista huye de sí mismo mientras se persigue.

¿En resumen? Simplemente Ed Brubaker. Un tío que ya pasa de preámbulos ¿Para qué? No espera a ese clic mental para que nos hagamos una cresta y conduzcamos un taxi cual mohicano metropolitano mentalmente inestable. Sólo planta la ya mencionada semilla para que crezca rápido hasta que, cuando quieres darte cuenta, estás es una espiral hitchcockniana que te hace dudar si es real o no. Si este tal Griffin te está engañando descaradamente mientras pule malsanamente aún si cabe el concepto de Tyler Durden y James Bond. Donde una especie de El Club de la Lucha se funde en sábanas translúcidas con la perversión europea elitista de exagerados desórdenes sociales que leí no hace mucho en 47 Cuerdas de Timothé Le Boucher.

¿De verdad necesito hablar del dibujo de Sean Phillips? El dibujante británico se marca otra obra de sobresaliente donde parece que estudia al milímetro la composición de viñetas y la colocación de personajes. Podría decir que es el dibujante que más disfruto en segundas o terceras lecturas una vez conozco ya la historia. Un arte que lleva al extremo en viñetas más pequeñas –a veces es muy difícil lucirse en poco espacio y Phillips lo hace sin despeinarse– que aquí cuenta con los colores de su hijo Jacob –atentos a su trabajo That Texas Blood– que parece que ya lleva en esto veinte años.

Esta Fiebre es, por situarla llana y vulgarmente, una obra menor del tándem –si es que ese adjetivo puede emplearse en estos dos titanes– si lo comparamos con obras más complejas y mayúsculas como Criminal –no dejará de ser mi favorita de todas– o The Fade Out, por poner dos ejemplos, y aún así es un sobresaliente ejemplo de ese thriller noir del que ya son dueños y señores. Como decimos todos los Invencibles siempre que sacan cómic nuevo «este es el mejor cómic de BruLips (hasta que saquen el siguiente)». Punto.

Ficha técnica

Título originalNight Fever
AutoresEd Brubaker, Sean Phillips, Jacob Phillips
EditorialNorma Editorial
Fecha de publicaciónOctubre 2023

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