El miedo lleva al lado oscuro
Si hacíamos un especial de terror en esta nuestra web yo tenía claro que había un señor que no podía faltar a esta cita. Así que pedí consejo a Javi de Alcalá Cómics para encontrar una obra del gran genio del terror Junji Ito que poder reseñar para vosotros. Como siempre, Javi acertó en la recomendación y he podido disfrutar de una gran lectura escrita por una persona increíblemente cuki, pero con la habilidad de traer al mundo los cuentos más macabros que existen.
Junji Ito es un autor que en mi opinión está muy mal juzgado. Siempre que oigo hablar de él, la gente se focaliza en toda su excentricidad, sin ver que, en realidad, es un gran crítico social. A ver, no voy a negar que cada obra que hace es aún más bizarra que la anterior, porque, sin duda, el conseguir volarnos la cabeza es su habilidad más famosa. Pero él es mucho más. Tras cada una de sus historias siempre hay un reflejo de parte de la sociedad. Coge algo mundano y lo retuerce y lo convierte en algo grotesco, perturbador y chocante. Esta pericia es un don, pero también su mayor maldición, porque muchos lectores nunca se centran en lo que él realmente está defendiendo.

¿Y qué nos ofrece el autor con este Hellstar Remina?Pues otra de sus novelas de terror psicológico. Combina en sus seis capítulos diferentes géneros: miedo, catástrofes naturales, ciencia ficción, crítica social… Si conseguir combinar todo esto, no le convierte en un genio a los ojos del mundo, no sé qué lo hará. El caso es que esta obra narra la historia de una chica cuyo padre ha descubierto un nuevo planeta, al cual ha puesto el nombre de su hija. Esto focaliza todas las miradas en esta bella chica, permitiéndola convertirse en una Idol. Sí, tal cual, así de random. Pero como todos sabemos, nos gusta destruir a los artistas, así que cuando el planeta Remina empieza a acercarse a la tierra, la joven pasa de ser considerada una Idol a una bruja en un segundo. ¿Por qué? Porque la culpa siempre es de los ricos y famosos. It´s a fact!
A partir de esta premisa nada simple, la trama se va enrevesando aún más y más, porque si no, estaríamos hablando de otro autor. Aun así, detrás de sus locuras, este manga es una clara crítica a lo increíblemente ignorante que se vuelve el ser humano cuando forma parte de una masa o cuando tiene miedo. Siempre que en la historia ha habido alguna desgracia, parece que nuestra especie retrocede a la edad de piedra, véase “La tierra es plana”, “La nieve es falsa”, “Las vacunas llevan microchips”. ¿Hace falta que siga? No lo creo. Siempre hemos buscado culpables a aquello que somos demasiado tontos para comprender, porque formarse y aprender es mucho más complicado que alardear de ignorancia en redes sociales. Y es que todos miramos atrás en el pasado y criticamos la quema de brujas, pero luego somos los primeros que echamos troncos al fuego en Twitter.

Con todo esto quiero decir que Junji Ito tiene razón, la humanidad es gilipollas. Y si un planeta viniese a destruir el nuestro, encontraríamos a una cría a la que llamar bruja y echarle la culpa. Así que nunca volváis a subestimar a este autor ya que, entre sus cuentos excéntricos y macabros, esconde una crítica social, política y religiosa que suele quedar diluida tras la escalofriante y chocante narración.
Y si sus tramas son alucinantes, su dibujo ya es de otro planeta. No sólo destaca en fluidez, sino que es un genio en la expresividad de sus personajes. Lo que me cuenta suele darme mal rollo, pero lo que me genera miedo son las miradas que perfila. A veces siento que, si me quedo mucho tiempo mirando alguna de sus páginas, acabaré con una camisa de fuerza de por vida, ya que da la sensación de que la locura que muestra en los ojos de los personajes puede escapar de las páginas y de la tinta y alcanzarte, inundándote sin que encuentres escapatoria.
Por último, quiero remarcar que sus obras suelen editarse con alguna historia corta al final del tomo que suelen ser mucho mas creepies que el manga principal. En este caso, podemos encontrar el cuento corto de Cien millones de solitarios que va a impedir que pueda dormir esta noche y que me ha recordado en parte a la película Jeepers Creepers, que tan mal cuerpo me puso a principios de los 2000.
Ficha técnica