El demonio de nuestro interior que quiere salir
¿Sabes una cosa? Llevo 5 años sin pararme a ver los informativos. Cada vez que lo he intentado, no he podido aguantar más de unos minutos. Ver noticia tras noticia de desgracias apocalípticas, gente inocente sufriendo, políticos ladrones, y todo tipo de podredumbre social que nos rodea se me hace asfixiante. Me ahoga por dentro sentir esta impotencia que me envuelve al observar todo tipo de injusticias, no sólo las que vemos a través de una pantalla, sino las que día a día me rodean a ti o a mí. Si, sé que sabes de lo que hablo. Las ves tú también en el trabajo, en la calle, en tus amigos y familiares, y en todas esas geniales personas que te rodean; la vida los pisotea sin darles lo que realmente se merecen, mientras los verdaderos demonios campan a sus anchas en nuestra sociedad, llevándose la mejor parte del pastel. Ese sentimiento que me envuelve al encontrarme en estas situaciones desemboca siempre en pura rabia, un fuego interior que quiere salir, como si algo muy dentro de mi cabeza me gritara: “¡No es justo! ¡Haz algo!”. Tranquilo, no voy a ir ahora de superhéroe. La realidad es que intento hacer lo que puedo, como la mayoría, pero en verdad, las más grandes injusticias se suelen escapar de nuestras manos, y el fuego antes mencionado acaba siendo ahogado por un triste pensamiento que nos dice que somos demasiado insignificantes para poder cambiar el mundo. Pero, en esta ocasión, quiero que pienses en esa etapa de tu vida en la que esa rabia acumulada estaba más desatada que nunca. Seguro que lo viviste también, ese momento en que dices: “Me bajo de la vida, y me llevo por delante a todos estos hijos de puta”. Y por un solo instante, por mucho miedo que te dé, párate y piensa en que te dejas llevar por esa idea, que te domina, te pervierte y te lleva a hacer cosas que ni imaginarías, todo por la justicia. Y ahora dime que sientes. ¿Rabia?¿Miedo? O tal vez, ¿placer?

Esto es lo que el gran Ed Brubaker te cuenta en esta obra, la historia de una persona normal que un día llevado por todo lo que odia a su alrededor, rompe por dentro y toma un camino violento. Dylan, que es el nombre del protagonista, es el ejemplo de esto llevado al límite, la respuesta a la pregunta de qué pasaría si te dejases llevar por ese lado oscuro que a veces aflora en ti. Quien me conoce sabe que soy una persona muy pacífica, odio la violencia, odio ver sufrir a la gente, odio tener que enfrentarme a cualquier momento violento. Pero, incluso yo mismo, me he visto en la situación de dejarme llevar por mi lado oscuro y agresivo en una ocasión. De joven pasé un momento de mi vida en que andar por las calles de mi ciudad se convirtió en algo terrorífico, tuve que enfrentarme en varias ocasiones a intentos de atraco en la calle, a bandas de matones amenazándome e intentando aterrarme cada día. Hasta que un día dije: «¡Basta!» Explote de tal forma que ni yo mismo sabría decirte que pasó exactamente. Podría decirte que me defendí, pero ni siquiera fue algo así; en otras ocasiones lo había hecho, pero esto fue diferente, apenas recuerdo nada porque algo en mi interior cogió el timón. La ira mandaba en ese momento y yo sólo volví a ser consciente de que había pasado cuando vi mi mano ensangrentada y la persona que me había intentado dañar tirada en el suelo.
En las películas te muestran ese momento como un triunfo, el bueno sobre el malo, Spiderman con sus poderes recién adquiridos dándoles lo suyo a los abusones… Creedme, no fue eso lo que sentí. Me invadió un miedo horrible, pero hacía mí mismo y ese algo oculto en mí. Si la única forma de enfrentarme a esas situaciones era ser así, no lo quería para mí. Y realmente fue efectivo, ni esa persona ni la gente de su alrededor volvieron a intentar acosarme. El método de la violencia contra la violencia es sin duda eficaz, pero tiene un alto precio. Realmente lo que separa al protagonista de mí es sencillamente que yo no estoy dispuesto a pagarlo, pero he estado lo suficientemente cerca de ello como para sentir cada uno de los pensamientos que él tiene.

Así, llegamos a una de las cosas por las que la obra me vuelve tan loco, la forma en que se dirige directamente a ti en los diálogos, adelantándose incluso a cosas que vas a pensar, o jugando con el pasado y el futuro siguiendo una narración algo caótica pero efectiva para mostrarte la mente del narrador, casi hasta el punto de que tú mismo creerás que tiene la razón. Todo orquestado de forma perfecta por el tándem que forman este guionista junto al dibujo de Sean Phillips, que como todos ya sabemos forman una pareja inigualable.
Aquí has llegado al final de esta reseña. En un mundo justo ahora te levantarías de tu silla de ordenador o de donde sea que tengas aposentado el culo ahora mismo, e irías corriendo a tu librería de cabecera a comprar los cuatro volúmenes de esta maravillosa obraza. Volverías a casa, abrirías la primera página y devorarías cada tomo, uno tras otro sin poder parar, como si un demonio te obligara a hacerlo, como si la vida te fuera en ello. Seguidamente, dejarías un comentario en esta reseña agradeciéndolo. Al fin y al cabo es lo justo, esa historia y esta reseña se lo merece, y tú quieres seguir vivo, ¿verdad? Pero esta es la vida real… Así que dime, ¿se hará justicia o no?
Ficha técnica
Título original | Kill or be killed |
Autores | Ed Brubaker, Sean Phillips, Elizabeth Breitweiser |
Editorial | Evolution Comics |
Fecha de publicación | Octubre 2018 |