Grizzlyshark

Imagen de cabecera para grizzlyshark

Que Yogi os robara la comida no estaba tan mal

En el momento de escribir estas primeras líneas sobre Grizzlyshark, os puedo asegurar que no voy borracho. Ganas no me faltan. Tengo un par de bellezones rubios en la nevera que piden a voces una noche de desenfreno, pero es lunes y levantarme al día siguiente con resaca, no puede ser considerado una opción… de momento, quién sabe, quizá por las risas, os pido disculpas de antemano, Carlos y Berta, por lo que os toque sufrir de ahora en adelante en cuanto a edición y cohesión y a ti, lector, por la sarta de soplapolleces que pueda llegar a soltar. Ante todo, os quiero. Porque si os soy sincero, no se me ocurre una forma mejor de reseñar/homenajear un cómic como el que hoy nos ha traído aquí.

Pero en fin, para no salirnos del esquema establecido en estas, mis reseñas, vamos con unos pedacitos de anécdotas pasadas para ir calentando motores. Esta vez no vamos a hablar del pequeño Marc, a decir verdad, no vamos a hablar de mi (ni presente ni pasado), sino de las tremendas risas que se marcó el community manager de Filmin a costa del intensito de turno. Ver tuit y sus respuestas.

Viñeta 01 de Grizzlyshark

No pretendo con esto reirme del señor que ha metido la gamba en el nido de víboras más grande de internet, para eso ya está el CM de Filmin y Twitter en general. Lo que vengo a denunciar aquí es la necesidad de muchos de leer Alan Moore y pretender que tienen el nivel intelectual para asimilar las cantidades ingentes de información y simbología que el de Northampton es capaz de introducir en un centímetro cuadrado, o el hecho de meterte entre pecho y espalda una drogada fuerte de Gran Morrison y pretender que esa follada mental que te acaba de pegar el calvo escocés no te ha dolido. Porque, en el fondo, sabes que lo ha hecho, no precisamente por que no te llamará al día siguiente, sino por que ha sido jodidamente fea, sucia y retumbaba en tu cabeza su carcajada viciosa y malvada mientras notabas en la sien el repicar de sus coj… en fin, creo que veis por donde voy.

A lo que vengo hoy aquí, es a reivindicar las mamarrachadas y el “por las risas”, los tebeos disfrutones, cuyo objetivo no es reinventar el noveno arte, sino entretener a un lector a veces saturado de tanta pompa comiquil y porque no, dejar al autor gozar fuerte con lo que hace, sin trabas ni límites. Así que aquí estoy defendiendo que nos quitemos los palos de los culos y nos permitamos disfrutar de un cómic sobre tiburones del bosque y osos marinos, como es este Grizzlyshark.

Habéis leído bien, un cómic que va de tiburones que viven en el bosque y osos que viven en el mar, aunque estos segundos no aparecen hasta el último número, pero creo que son dignos de mención. Argumentalmente no puedo deciros gran cosa más sin entrar en spoilers y desvelar el increíble e inesperado final del cómic, pero dado que os veo dubitativos, os puedo asegurar que hay carnaza humana por doquier, vísceras, montones de rojo y un enfrentamiento titánico entre estos dos portentos de la naturaleza. ¿Cómo? ¿Qué? ¿Aún tenéis dudas? La verdad es que me estoy quedando sin argumentos de peso para conseguir que vayáis a vuestro dealer de tebeos de importación. Si amiguis, muy lamentablemente sólo está disponible en la lengua de Shakespeare, así que venga, que se noten esas clases de inglish en el instituto… Lo único que me queda por deciros es que la mente que hay detrás de este tebeazo con mayúsculas es Ryan Ottley, que os deberia de sonar Invencible o bueno, también por vuestro (que no el mío) amigo y vecino Spiderman, pero casi que mejor quedaros con Invencible, que por algo es el mejor cómic sobre gente con pijamas y mamporros que posiblemente leáis en mucho tiempo y además, por que este, nuestro podcast se llama así. Que menos. 

En fin, si con todo esto no he conseguido convenceros de que necesitáis en vuestras estanterías tremenda mamarrachada comiquil como es Grizzlyshark, al menos espero que os lo hayáis pasado medio bien. Y recordad, las columnas existen para aguantar los capiteles, no para que las guardéis en vuestros orificios traseros. Que si no, queda el Partenón como está a día de hoy, que da penica. 

Por cierto, os interesará saber que ese martes no me levanté con resaca, los dos bellezones rubios, a día de hoy siguen en la nevera, puede que un poco molestas por no haberles dado lo que pedían. Lo que quiero deciros con esto, es que no se me ha descontrolado la lengua (o los dedos en este caso concreto) más de la cuenta ni que ninguna de las afirmaciones anteriores son fruto de la embriaguez. Marc en estado puro, sin edulcorantes ni modificadores de la consciencia.

Ficha técnica

Título originalGrizzlyshark
AutoresRyan Ottley, Ivan Plascencia
EditorialImage Comics
Fecha de publicaciónAbril 2016

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