Cuando Scott Snyder sacó su fusil
¿Vengo a hacer de abogado del diablo? ¿He dicho abogado? Pues sí, el que tengo aquí colgado –que diría religiosamente mi coffeeman Martín– y es que no es que venga a hablar de una obra del amado y odiado Scott Snyder. Amado porque es un buen autor y malo porque cuando quiere –y cada vez con más frecuencia– se deja llevar por las fragancias planiloides de superhéroes vacíos e historias intrascendentes –aunque, debo admitir que fuera de DC está sabiendo mantener ese nivel con el que nos sorprendió en sus inicios– sino que además es una miniserie a la que le falta, a día de hoy, un número para acabar… y hablamos que lleva así meses.
Pero contratiempos aparte, aquí Snyder moldea una historia que huele a terror, con referencias claras a ********* –ni por asomo penséis que os lo voy a decir ¡Leedlo! – donde parece que el western es una mera excusa, pero que no acaba siéndolo en ningún momento. Una excusa importante y con peso pero siendo al final un escenario con mucha presencia. El autor norteamericano huye, afortunadamente, de evidentes clichés de cowboys para centrarse, afortunadamente de nuevo, en algo que se le da bien explotando lo fácil pero escondiendo el truco todo lo posible. Sin habéis leído su Severed, sabréis del palo que va el autor norteamericano.

William Holt, marshal protagonista de esta historia, se presenta crepuscular, triste. Un vaquero «romántico» de los que no cuesta nada enamorarse como lector. Un cowboy acabado y enterrado en la depresión donde su pasado no para de cavar, palada a palada, ante una tumba con su nombre. Vivencias en forma de flashback que, como ya sabéis, son recursos narrativos que me encantan y que aquí aportan mucho a una historia, a priori, corta pero que no lo es tanto y todo drama personal está su justa medida –no deja de ser un cómic americano de goce y disfrute– ya que Snyder sabe de la importancia del presente y no deja el foco en ese trauma más de lo necesario.
Y ahora llegamos a lo peor. Algo peor que el propio Snyder post-Batman y metido en Metal hasta la cabeza. Peor que un par de pies izquierdos de Rob bajo un personaje hecho totalmente de bolsillos. Peor que el Frank Miller de Holy Terror o Xerxes. Vamos, lo que os dije al principio: EL DICHOSO CÓMIC NO ESTÁ ACABADO. Ya que el pasado febrero todo quedó en «concluirá» cuando los misterios batmanescos se iban resolviendo y solo quedaba la traca final. Pero eh, amiguis, no me hace falta saber cómo acaba para deciros que, como amante del western, es un ejemplo facilito del género que sin aportar nada nuevo al mismo, es una buena lectura que indaga en tintes de terror por encima de las balas, pero sabiendo a dónde pertenece.

Y para los dubitativos y recelosos del guionista neoyorquino, me repito, Canary se aleja claramente del western mainstream que podríamos tener todos en la cabeza: El Sexto Revolver (reseña aquí). Éste tiene más de cómic americano al uso que esta miniserie. Aquí hay más esencia europea aunque a veces sea más la sensación que la realidad. Snyder sabe llevar la historia a una zona creíble, terrenal y sucia más allá de poderes y magia de la mencionada serie de Oni Press –y de paso también os la recomiendo porque, hasta donde he leído, mola bastante–.
Y, una vez más, me tengo que rendir al dibujo, pero es que en determinados cómics acaban siendo tan importantes, consistentes y de tal potencia que imaginar la historia sin ellos se hace una tarea ardua y pesada. Ese poderoso color de Dan Panosian en el paisaje. Todo sin miramientos y sin tonalidades suaves. Una ristra de puñetazos naranjas, azules y rojos con un estilo, como diría mi compañero Marc, fornicioso a más no poder entre un Greg Capullo en estado de gracia y el buen western europeo. Todo ello le da a la historia cuando más terror provoca, la solidez necesaria. Un buen uso de las líneas como sombras que crean esa sensación oscura que va de la mano con el guión.
Canary es una buena historia corta que sin profundizar en ningún género concreto –y obviando ese número que falta que espero salga en lo que queda de año– sabe jugar sus cartas sin despeinarse. Un Scott Snyder más currante de Vertigo que de estrellita de lucecitas de neón de DC junto a un dibujo excelente. No creo que necesitéis más para echar un buen rato.
Ficha técnica
Título original | Canary |
Autores | Scott Snyder, Dan Panosian |
Editorial | Best Jackett Press/ComiXology Originals |
Fecha de publicación | Julio 2022 |