¡Baila!

“¿Qué tengo que hacer para que me tomen en serio?”

A veces, coges una obra con una idea preconcebida en tu cerebro de lo que te vas a encontrar y te llevas una gran sorpresa. Llegué a este cómic atraída por su espectacular y llamativo color y por recomendación de mi compañero Javi. Creí que me iba a encontrar una versión 2.0 de Billy Elliot, pero no podía estar más equivocada. El tema central de un chico que quiere bailar está ahí, pero esconde mucho más.

Lo primero que me llamó la atención al ir leyéndolo es ese trasfondo de postguerra, ya que el protagonista no hace más que danzar huyendo de esos recuerdos de los bombardeos en Inglaterra. Siempre que intento imaginarme a mi misma viviendo hechos tan horribles, no puedo evitar pensar en que no sé cómo podría seguir viviendo, no comprendo como se rehace una vida tras conocer semejante horror. Pero las obras que he estado leyendo últimamente, como Hierba de Keum Suk Gendry-Kim (podéis leer mi reseña aquí) o la propia ¡Baila!, me demuestran la increíble capacidad del ser humano para dejar las cosas atrás y aprender a volver a soñar. En este caso Uli, nuestro protagonista, lucha por ser bailarín en un musical y no deja que nadie, ni nada le frene en su empeño. Aunque tendrá que afrontar que nada es tan bonito como aparenta en nuestra cabeza.

Creo que algo muy destacable de esta novela gráfica es que no intenta reivindicar los obstáculos que se encuentra un hombre homosexual en los años 50. Te muestra, en segundo plano, el rechazo de algunas personas, gracias a la expresividad del dibujo, pero nunca lo focaliza, ni pretende que sea algo central en lo que desea contar, ya que Uri es una persona que se ha aceptado a sí misma y tiene muy claro que el problema lo tienen los demás y no él.

La magia de esta novela gráfica es que utiliza a una persona que conoce el rechazo, para mostrarte el sufrimiento de otras personas. Si hay algo predominante en la historia del ser humano es la discriminación. Por algún motivo, siempre se ha sentido la necesidad de diferenciar entre el bien y el mal. La gente necesita decir que algo esta mal para creer que ellos son los buenos. Muchas personas no son capaces de sentirse bien consigo mismos si no se comparan con otros y determinan que ellos están por encima. Es absurdo, pero es un error que no hemos conseguido erradicar en la sociedad y que creo que nos va a acompañar hasta el fin de nuestra historia.

Bueno, me desvío del tema. La línea argumental entrelaza vidas de diferentes personas a las que Uri creerá entender pero que fracasará. No se puede comprender al 100% algo que no has experimentado por ti mismo. Un ejemplo es que la pareja romántica de Uri necesita relacionarse con “su gente”. Y es que por mucho que creamos que podemos imaginar algo, un blanco jamás entenderá la discriminación racial.

Por esto mismo, yo prefiero centrarme en la historia de una amiga del protagonista que, con el mismo talento que sus compañeros hombres, se tiene que esforzar mil veces más que ellos para conseguir un mismo fin. De esto sí que me creo con derecho a hablar ya que es algo que, a día de hoy, sigue siendo una realidad en muchos sitios. Este mundo al que le gusta tanto dividir, definió lo que “era para mujeres” y lo que “era para hombre”. Este mal lo sufren todos los géneros, pero me centraré en el mío. Yo tengo que agradecer que he llegado a este mundo y a este país en un momento en el que esta lucha ya esta muy avanzada y, aunque tengo más anécdotas de las que me gustaría relacionadas con este tema, he conseguido un entorno que me protege de estas gilipolleces. Aun así, sigo sin salvarme de esos hombres que para menospreciarte usan términos como “bonita”, “reina” o similares. Nosotras seguimos teniendo que luchar más, esforzarnos más y encima arrastramos un síndrome del impostor crónico, ya que por mucho que tú sepas que vales, el rechazo del resto se introduce en ti y es como un veneno que trasmitimos de generación en generación.

En definitiva, ¡Baila! no triunfó en Angoulême por nada. Es una novela que recoge diferentes casos sociales y los expone, acompañados por un dibujo lleno de color y de esperanza. Con las acuarelas te trasmite esa sensación de que, si luchas, nadie podrá contigo. Además, el dinamismo de los trazos hace que los bailes no sean sólo imágenes, sino que fluyen y puedes recrear en tu mente la coreografía, que junto al color tan vibrante consiguen hacerte reproducir en tu imaginación la música.

Sin duda, creo que hay magia en estas páginas y no puedo mas que invitaros de bailar por ellas, abriendo vuestra mente a situaciones mundanas pero duras.

Ficha técnica

Título originalTanz!
AutoresMaurane Mazars
EditorialSalamandra Graphic
Fecha de publicaciónJunio 2023

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