James Stokoe es mi pastor, nada me falta
Sabéis que no soy especialmente defensor de las mamarrachadas, de los cómics (o de cualquier producto de entretenimiento en general) que se haga simplemente por el hecho de molar. Voy más allá, y es que siempre me he considerado un ferviente detractor de los Michael Bay, James Wan y demás mamarrachos de turno. Algo que contrasta mucho con mi recientemente descubierta, y cada vez más intensa, pasión por la Serie B, la Serie Z y el cutrismo en general. Quizá donde yo dibujo la línea es en lo serio que se tomen así mismo este tipo de productos y sus creadores. Un ejemplo claro y por no salirnos de la comparativa que os estaba trazando: no soporto ni una sola de las entregas de Insidious o The Conjuring y, sin embargo, Maligno me parece una jodida obra maestra. Sí, se que acabo de decir que detesto a Wan, pero la forma que tiene (o la que a mí me transmite al menos), de afrontar esos distintos proyectos es lo que a mí consigue, no solo entretenerme, sino engatusarme. No me gusta que me tomen por tonto, ni la pretenciosa atmósfera de intensidad que se le da con frecuencia al cine de terror o de suspense. Pero si, de primeras, es el propio creador el que se retrata como un imbécil que solo hace las cosas “por molar”, entonces me tiene ganado (dios salve a Sam Raimi, bueno… a veces, no siempre, que también tiene lo suyo).
Si hay otra cosa de la que no me considero particularmente proclive, son de las sagas. Las macro sagas comerciales de entregas interminables y soporíferas. No, no hablo de Star Wars ni del bodrio de Harry Potter, ni siquiera de las sagas juveniles pero igualmente plomizas como Los Juegos del Hambre y todos los sucedáneos que la siguieron. Os hablo de algo un poco anterior, algo más mamarracho y, aunque duela, bastante más pollavieja. Hablo de ese tipo de sagas cinematográficas a lo Transformers (de nuevo lo de mi animadversión por Bay), Depredador, Alien (de la que también se encargó Stokoe de retomar en cómic y podéis leer mi opinión aquí) o, sintiéndolo mucho: Godzilla.

Supongo que al fin y al cabo no somos mejores que la más grande de nuestras contradicciones. Y en cuestión de gustos, la subjetividad prima, y los mismos motivos que te hacen apreciar, incluso amar, una obra o a cierto creador, son los que te llevan a aborrecer y a detestar a otros, por hipócrita que suene. No sé, al menos a mí me pasa con más frecuencia de la que me gustaría reconocer. Las mismas cosas que admiro en Lynch o en Von Trier son las que me hacen infumable a Winding Refn (aunque creo que él es bastante consciente de ello).
El caso es que esta es ya la segunda ocasión en la que he tenido que tragarme mi orgullo y mis pretensiones al respecto, y reconocer que me lo he pasado como un enano disfrutando de uno de esos cómics, en este caso, repletos de testosterona y explosiones, de cuerpos militares y, como no, monstruos de pesadilla. Pues, como ya os anticipaba, en cuanto me enteré de que existía una versión de Alien firmada por el autor de cómics británico James Stokoe, apenas pestañee para adquirirla, devorarla y, mal que me pese, gozármela como un desgraciado. Pues bien, ¿adivinad qué fue lo que hice en cuanto me enteré de que Moztros publicaba en España su inédita versión de otro clásico de las sagas “para machotes” (machotes y Berta) como es Godzilla?

Evidentemente la privilegiada mano que tiene Stokoe para el dibujo hace milagros, pero no por ello va a conseguir sacar algo trascendente de Godzilla. En todo caso, va a ser capaz de darnos lo mejor que el personaje y toda su mitología han podido ofrecer en el cine y otros medios a lo largo de ya más de medio siglo (como el propio título de la obra indica).
En esta historia, tendremos una recopilación de distintos eventos y enfrentamientos de la sociedad japonesa (y poco a poco de la mundial) contra el rey de los monstruos, narrados mediante el hilo conductor que es el teniente Ota Murakami y como se va enfrentando al temible saurio a través de las décadas del siglo XX hasta llegar a nuestra época.
A los que seáis fans de Godzilla os flipará y, por otro lado, a los que, como yo, seáis fans de esta hornada de autores como Daniel Warren Johnson o James Harren, os flipará ver de lo que es capaz su padre James Stokoe. Y si nada de esto os supone reclamo suficiente como para adentraros en esta obra que rezuma olor a sudor y metralla, hacéis bien en manteneros alejados, pero si acabáis picando, sed bienvenidos, disfrutemos de nuestras contradicciones. No hay placeres culpables sin culpabilidad, solo placeres, gozáoslo.
Ficha técnica
Título original | Godzilla: The Half-Century War |
Autores | James Stokoe |
Editorial | Moztros |
Fecha de publicación | Abril 2023 |