Esto no es la Chica Ardilla
Que la editorial Moztros ha dado un soberbio golpe en la mesa cual Hulk descontrolado a tope de bebidas energéticas inyectadas en vena es toda una realidad. Sus decisiones editoriales trayendo licencias tan esperadas como Power Rangers, Street Fighter o Godzilla junto a series –en su totalidad tomos únicos o series cortas y, por ende, de pocos tomos– como la reciente CODA, el clásico Rocketeer, pasando por el magnífico El Zorro de Alex Toth. La mayoría de ellas entran en el saco de “¿Por qué no han editado esto antes aquí?”. Todo con una política de precios que, aunque va en lógico aumento, sigue sin reírse del bolsillo del lector y en un formato cartoné envidiable. Así que tras estos piropos, me vino a la mente una serie que me flipó hace unos años y que me alegra pensar que, quizá barra ojalá barra voy a ponerle velas a la Virgen, Moztros tiene en su radar. Y esa serie es, amigos míos, Squarriors.
Esta creación de Maczko, que según él mismo dijo en una entrevista empezó por pura diversión y sin pensar en editarlo en papel, pasa de nimiedades y profundiza y desglosa los entresijos de una sociedad incipiente. De una ilusión de querer contra una realidad de no poder. De mártires que lo intentaron todo y fracasaron y de verdaderos hijos de puta que, como diría Alfred Pennyworth, “solo quieren ver arder el mundo”. Una amplia variedad de personalidades, afines y contrapuestas, que conforman un tablero de ajedrez complejo, pero fácil de seguir, donde la elección animal dispone el perfecto salvajismo al relato. Un cúmulo de detalles que, juntos y bien dispuestos, hacen un todo bastante sólido.

“… y los mansos heredarán la tierra”
Sería fácil catalogar este producto como una mezcla de Juego de Tronos y The Walking Dead, que, obviamente, han sido una clara influencia pero no por ello estamos ante algo trillado y repetitivo. Supervivencia e instinto, conspiraciones y alianzas, todo en el estado más puro y visceral posible sin perder esa frescura que convierte a Squarriors en una lectura con profundidad emocional sin dejar de lado la espectacularidad y la acción de un cuento fantástico para que, cuando lleguemos al final, nos acabe golpeando en la cara con un mensaje de sabor agridulce: Puedes haber sobrevivido pero la vida es jodida, la sociedad está jodida y nadie está a salvo.
Los flashbacks iniciales en cada número nos muestran vagamente el principio del fin de la raza humana y, aunque la información es mínima y parecen no tener una relación directa o un orden lógico, el lector atisbará sin problemas el trasfondo. Un refuerzo de guión que, sin tener la importancia de lo que realmente nos interesa, sirve como apoyo e introducción a la historia principal. Todo marcado por un sentido de la narración bastante acertado que gana muchos enteros yendo directamente a lo importante. Más de una vez he hablado de los obstáculos y trabas cuando lo que nos quieren contar apenas llega a los cuatro números pero aquí todo discurre sin pausas, a buen ritmo y con sentido.

El realismo gráfico de la estadounidense Ashley Marie Witter es impresionante. Un factor que la historia necesita para tomarse en serio y para descubrir, desde la primera viñeta, que no es la Aldea del Arce ni un relato cuqui de animalitos. La crudeza va de la mano del dibujo y elimina toda posibilidad de que sea una bonita historia pase lo que pase. El cómic siente y es en los colores, también obra de Witter, donde vemos sus estados de ánimo. Enfermedad de colores tristes y apagados, flashbacks brillantes y batallas escarlata. Todo respira y nada queda al azar. El trabajo es tan minucioso como puede apreciarse. Hablamos de un arte, no sólo necesario, sino como un pilar donde el guión gana fuerza y se apoya constantemente.
El diseño de los personajes, obra de Maczko, consigue esa realidad, esa naturalidad tan acorde a la estética y a las cualidades artísticas de la dibujante. En ningún momento parece una historia de fantasía o ciencia ficción, que lo es, sino más bien todo lo contrario. Estilo que no peca de estático, cosa que agradezco mucho. La agilidad y el dinamismo en los momentos más tensos están muy bien tratados e incluso la colocación de las viñetas parece que esté hecha a conciencia, dependiendo de la hostilidad de la situación. Si tuviera que ponerle algún pero sería que determinados momentos grupales se vuelven confusos y acabas por no saber quién es quién pero oye, una leve sombra sin importancia.

Squarriors es una historia sobre una sociedad arcaica que nos muestra la complejidad del conocimiento. De defender unas ideas y enfrentarte a quienes las odian solo por ser diferentes. Un reflejo de nuestra sociedad, de una evolución desevolucionada donde los instintos primarios son la mayor amenaza. En resumen, una de esas lecturas que no hay que dejar pasar y que tuvo una continuación en plan bonus track en 2021 llamada Squarriors: Summer. Moztros, la pelota está ahora en vuestro tejado.
Esta reseña, modificada y actualizada, formó parte originalmente de Zona Zhero.
Ficha técnica
Título original | Squarriors: Spring TPB |
Autores | Ash Maczko, Ashley Marie Witter |
Editorial | Devil’s Due Entertainment |
Fecha de publicación | Diciembre 2015 |