Jesusfreak

De cuando Bruce Lee y George Clinton fundaron su própia Iglesia

Como muchos, fui educado en la fe cristiana. No de forma estricta, no. Fue todo bastante indirecto y laxo, pero eso no quita que no pocos domingos por la mañana fuera a recoger la oblea de sabor rancio a la que el capellán del pueblo llamaba “el cuerpo de Cristo”. Con los años me fui desencantando, migrando mis creencias a algo más científico y demostrable matemáticamente, tangible, si queréis… pero eso es un cuento para otro día.

El punto de este bonito y tierno flashback a mis momentos de catequesis es para llegar a lo siguiente: el lore, lo canónico de la religión judeo-cristiana siempre me ha parecido aburrido. Qué no se me entienda mal. Siento respeto absoluto hacia las creencias de todo el mundo, sin excepciones, incluidos terraplanistas y esos que rinden culto a un monstruo spaghetti que vuela. Pero a un crío que a temprana edad se lanzó a recorrer la Tierra Media en busca de un tesoro bajo una montaña custodiado por un dragón, no podías ponerle dragoncitos acompañados de trompetitas, como en el libro del apocalipsis, y que respetara… Eso no daba miedo. Smaug era un auténtico badass. Smaug daba auténtico pavor. Sigo repasando los capítulos de tan maravillosa obra y sigo pensando que ni «jarto vino» entraba yo ahí a hablar con ese lagarto con mala baba, ni por todo el oro que custodiaba.

Si hablamos del señor ese que anda por ahí arriba sentado en su bonito y reluciente trono de plata, de verdad que lo lamento, pero Lovecraft se adelantó. Así que, para dioses cabroncetes no acepto otra cosa que no lleve tentáculos por barba y no sean una amenaza constante para nuestro plano existencial. Ph’nglui mglw’nafh Cthulhu R’lyeh wgah’nagl fhtagn.

Sin ánimo de ofender a más gente, paro aquí con las comparaciones. Creo que queda suficientemente claro que, ya sea por los libros o por un entorno poco estricto en cuanto a fe, todo lo demás me resultaba más atractivo e interesante. Hasta hoy. Hasta Jesusfreak.

No es que lo que hoy nos ocupa sea una obra maestra, la capilla sixtina del cómic. Para nada. De hecho, os diré que no creo que sea una historia para todos los públicos, ya no sólo de edades, sino de paladares. Puede que sea mi gusto por la serie B, las películas de artes marciales o incluso la ciencia ficción y el funk, lo que ha conseguido que encuentre en Jesusfreak un tebeo excelente. No me va a cambiar la vida ni la forma en la que percibo el noveno arte, pero me ha hecho disfrutar cual enano con su particular versión de los hechos. De verdad creo que en última instancia es lo que realmente importa.

Llegados a este punto os preguntaréis: ¿a qué viene todo esto?, ¿qué tiene que ver una cosa con la otra? Pues nada y a su vez, en el contexto que nos ocupa, todo. Lo sé, Marc usó confusión, es muy efectiva. Dejad que intente dar un poco de sentido a mis anteriores palabras.

Jesusfreak es un viaje de proporciones bíblicas hacia el autoconocimiento, hacia aquello que nos ayuda a no desfallecer ante las adversidades, a volver a levantarnos y a luchar por aquello que nos importa. Un viaje que llevará a un joven carpintero llamado Jesús a enfrentarse, haciendo gala de unas habilidades dignas del mismísimo Bruce Lee, a romanos y a hombres lagarto escupe-fuego a lo largo de la Judea del siglo I. Una idea, tan loca como atractiva, de la mente de Joe Casey que encuentra su punto de apoyo en el arte de Benjamin Marra y el color de Brad Simpson, dándole a la historia una estética setentera, psicodélica y muy funk, digna del mejor George Clinton.

Por último, si por algún casual os ha picado lo más mínimo la curiosidad por la obra, deciros que desafortunadamente no está disponible en la lengua de Cervantes. Por movidas variadas y que desconozco en profundidad, la gente de la genial Autsaider Comics no pudo hacerse con los derechos del cómic y así, poder añadirla a las que ya han editado de Benjamin Marra. Una auténtica pena. Pero como decía mi abuela, no hay mal que por bien no venga y por suerte para nosotros, la edición de Image es harto bonita. A la par que chillona, todo hay que decirlo. Cartoné, 64 páginas con un precio de portada la mar de aceptable. En el peor de los casos, un error que es fácilmente asumible.

Título originalJesusfreak
AutoresJoe Casey, Benjamin Marra & Brad Simpson
EditorialImage Comics
Fecha de publicaciónMarzo 2019

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