No body is perfect
En silencio. Sin palabras. Así es como te quedas cuando un desconocido te dice que tu cuerpo te está fallando. No hay nada que decir, aunque mil preguntas se agolpan en tu mente. Te toca asimilar que tu carne está siendo atacada. Ese cobarde silencioso que te devora por dentro te va a ir quitando partes de ti. Tu pelo. Tantos años cuidándolo para ver cómo te va dejando poco a poco, mostrando al mundo tu afección. El cáncer no se conformará con eso, te robará más. Un día despertarás en un hospital con una parte de ti amputada, algo de ti que te define, que te hace sentir lo que eres, una mujer. No es superficialidad, es algo espiritual. Es algo que es tuyo y que te es arrebatado. Tu salud, tu pelo, tu pecho. Sobrevives gracias a dejar atrás parte de ti, pero la vida no es lo mismo porque te falta algo. Te dicen que has tenido suerte y es cierto, pero has pagado un alto precio.
Este camino de supervivencia y aflicción es el que debe recorrer la protagonista de la obra de Vero Cazot y Julie Rocheleau, una mujer que se despierta un día en un hospital tras una mastectomía. Con apenas unas palabras al comienzo de cada capítulo nos narran, a través de ese dibujo con influencias del cine mudo y del cabaret, el sufrimiento de una mujer que debe enfrentarse al mundo sin un pecho, desarrollando tanto la propia visión que tiene el personaje de sí misma, como la percepción de aquellos que la rodean. Parece descabellado pensar que puedas perder un trabajo por no cumplir unos requisitos físicos o que la persona que supuestamente te ama sea incapaz de soportar verte desnuda. Pero estas crueldades son reales y sólo me queda esperar que no sean demasiado comunes.

A pesar de ello, este es un viaje de autoaceptación, de autodescubrimiento, de superación. Aun cuando pierdes un segmento de lo que eres, sigue quedando mucho más de ti, sigues siendo bella. Este hallazgo le llega a la protagonista de mano de personas cuyos cuerpos tampoco son perfectos pero que han aprendido a aceptarlos y a sentirse orgullosos de ellos. Son supervivientes de unas circunstancias. Son guerreros. Son luchadores. Son felices.
Desde el punto de vista técnico, destaca la expresividad del dibujo. Los gestos, las miradas, las posturas… son suficientes para contar una historia repleta de reflexiones. Cuando la gente piensa en un cómic, el elemento más característico que se les viene a la mente son los bocadillos de diálogo. Aun así, hay novelas gráficas que carecen de este elemento tan definitorio, llegando a transmitir más que cualquier cosa que se pueda decir con palabras. Hace no mucho tuve una conversación con alguien que creía que el guión de un tebeo se reducía a aquello que aparece escrito en la versión final de la obra, desmereciendo el trabajo de un guionista en esas páginas mudas. Es un error común, pero una gran equivocación. Hay experiencias que no necesitan términos para narrarlas, pues hay emociones que las palabras jamás podrán expresar correctamente. Betty Boob es un claro ejemplo de ello y una muestra innegable de que “una imagen vale más que mil palabras”.

Aprovecho esta reseña para contaros mi experiencia personal al respecto. Soy muy afortunada porque nunca nadie cercano a mi ha tenido que estar en el lado de la enferma, pero sí tengo a alguien que lleva la bata blanca. Mi madre es cirujano y curiosamente está especializada en la reconstrucción mamaria. Este es el motivo que me llevó a comprar la tebeo, ya que he leído libros que han escrito sus pacientes y me han resultado esclarecedores. Cuando leí Betty Boob, le pedí que por favor leyese este cómic a pesar de que jamás le había dado una oportunidad a ninguno. Al terminarlo me dijo que a pesar de la comicidad con la que narran los sucesos, aquello que contaban era demasiado real. Por esta cruel realidad, ella ha dedicado su carrera a luchar para que, en su hospital, las mujeres con este tipo de afección sean operadas por cirujanos que no solo se preocupen por eliminar todo el cáncer, sino por hacer posible una reconstrucción perfecta del pecho. Para las mujeres es un gran sufrimiento ver su cuerpo desprovisto de una parte fundamental y, tras ver ese dolor, luchó para evitar que tuviesen que pasar por ello. Os preguntareis que por qué os lo cuento, y la razón es que la profesión de mi madre es la razón por la que llegué a esta maravillosa historia y al leerla me sentí aún más orgullosa de ella.
Finalizo esta reseña suplicándoos que compréis esta novela gráfica ya que hay historias que deben conocerse para encontrar en nosotros mismos una mayor comprensión. Es necesario conocer y empatizar. Es necesario mejorar como personas para poder ser el soporte de aquellos que nos necesitan. Entender mejor las circunstancias por las que pasan los demás, les puede llegar a hacer sentir menos solos, a pesar de que su guerra tengan que lucharla solos.

Ficha técnica
Título original | Betty Boob |
Autores | Vero Cazot, Julie Rocheleau |
Editorial | Planeta Cómics |
Fecha de publicación | Septiembre 2019 |