La fiebre del oro con sabor nipón
Quién me iba a decir que la primera reseña que escribiría para este espacio (y además en mucho tiempo, porque las de Instagram no cuentan) sería, precisamente, de un manga. Lo digo porque hasta hace literalmente meses el manga era una incógnita en mi vida, pero eso es una historia para otro momento. Como cualquier enfermo aficionado a este mundo de las viñetas, cuando empecé a sumergirme de una manera más “seria” en esto del manga automáticamente necesité tener una serie abierta a la que suscribirme. No me preguntéis por qué, mi TOC funciona así, bendito sea, porque en ocasiones me da sorpresas como este Golden Kamuy.
En esta obra, Satoru Oda nos traslada al año 37 de la era Meiji, o el año 1905 si nos ponemos un calendario gregoriano por delante. Una vez finalizada la guerra entre Rusia y Japón, nacida de las necesidades del Imperio Ruso de buscar puntos estratégicos en los que situar muelles para que sus barcos saliesen a la mar durante todo el año y no solo en verano (es lo que tiene Rusia en invierno, que se te congela hasta la ropa interior), una de las actividades más boyantes en el Imperio Japonés era la búsqueda de oro. ¡Quién lo iba a adivinar! Una fiebre por este metal precioso que, dos países como Japón y Estados Unidos los cuales más tarde en la Segunda Guerra Mundial serían enemigos, compartían como elemento en común. Al igual que en aquellas películas de western que nos tragábamos de pequeños acompañados por papá, los japoneses también rebuscaron en los lechos de los ríos para encontrar esas preciadas pepitas del tamaño de un grano de soja con el afán de volverse más rico que el Tío Gilito-Sama, y en ocasiones se encontraban auténticos tesoros, como es el que sirve como elemento pivotal de este manga: 20 kan, o 75 kilos de oro puro que equivalen a 80.000 yenes; unos 6,6 millones de euros al cambio en la actualidad, que fueron encontrados por un grupo de aynus cerca de Hokkaidô. Una auténtica fortuna que le fue robada a estos cazadores nómadas después de que un ladrón los pasara a todos de manera brutal a cuchillo. Poco tiempo después y antes de que le apresaran, el ladrón escondió el tesoro de una manera tan precisa que se tuvo que valer como método de ubicación de un mapa tatuado en los cuerpos de sus compañeros de prisión. Un secreto cifrado que pronto se convirtió en leyenda.

Es en este punto donde conocemos a Saichi Sugimoto, soldado del Imperio Japonés que tras sobrevivir a la guerra Ruso-Japonesa se embarca en la búsqueda de este tesoro legendario después de realizar una promesa a un compañero moribundo. A Sugimoto se le conoce con el apelativo de “El Inmortal”, mote que recibe por su naturaleza luchadora en el campo de batalla; la misma que le convierte en un auténtico “demonio” viviente capaz de sobrevivir a las heridas más fatales que una persona puede recibir. Tras saber del tesoro gracias a las historias contadas por un bandido con el que el protagonista se encuentra en su búsqueda, descubre que es una de las personas que portan los misteriosos y enigmáticos tatuajes, confirmando la veracidad de la leyenda. En su camino Saichi conoce a una joven aynu llamada Asirpa, quien le hará compañía tras conocer las intenciones del soldado. Asirpa está relacionada con el clan que el asesino eliminó para robar el tesoro, por lo que el cazatesoros le promete una parte del botín si le ayuda a encontrarlo y ya se sabe lo que dicen las malas lenguas: nada mejor que aliarse con un soldado al que apodan como “El Inmortal” para obtener tu pequeña fortuna.
En este punto, comienza un viaje que Noda todavía continúa escribiendo, ya que estamos ante una serie abierta. Imagino que, tras conocer un poco de lo que trata, os pasará como me pasó a mí en su momento. Inmediatamente pensé: “oye, esto es muy parecido a One Piece”. Un tesoro, varios personajes, y una búsqueda frenética por encontrarlo y amasar esa fortuna. Pero nada más lejos de la realidad. Donde la obra de Eiichirō Oda destila fantasía y locura por todos lados, la de Satoru Noda respira un aire realista, histórico y casi enciclopédico sobre el conocimiento de la vida aynu y su relación con el bosque y la tundra. Un espíritu que incluso conserva su dibujo, donde la línea es muy clara y en todo momento la narrativa secuencial está bien definida, con una buena disposición de viñetas y paginado que lo mismo te sumerge en el frenesí de la cacería que te hace sentir el ambiente que se respira mientras se pasea por el bosque. Sin duda gracias a Golden Kamuy he descubierto mi tesoro particular. En este caso no se trata de 75 kilos de oro, sino de todo una filosofía de vida: el manga. Un descubrimiento que para mí vale incluso más todavía.

Ficha técnica
Título original | ゴールデンカムイ |
Autores | Satoru Noda |
Editorial | Milky Way Ediciones |
Fecha de publicación | 2017 |