Salto al infinito
Con la entrada del nuevo milenio, Image intentó limpiar su imagen noventera con series de gran éxito como The Walking Dead e Invencible, escritas por Kirkman. Sin duda, este autor se puede considerar el icono del resurgir de esta editorial, pero no fue hasta la segunda década del siglo XXI, cuando Image empezó a inundar el mercado con un gran número de obras nuevas. Un nombre destacaba entre los demás autores debido al exagerado número de sagas que lanzó a la vez. El guionista capaz de manejar tantas historias a la vez fue Rick Remender. A pesar de la gran calidad del material que ofreció, hubo un comic que sonó más que el resto demás y ese es Ciencia Oscura.
Viajando atrás en el tiempo, recuerdo ser una cría que hacía los deberes viendo series, cuando en la televisión ofrecía algo más que programas sensacionalistas (los noventa fueron una mejor época, it´s a fact!). Era adicta a una en concreto que se llamaba Salto al infinito (Titulo original: Sliders). En ella, se narraba la historia de unos científicos que construían un aparato que les permitía viajar por el multiverso. Obviamente no podían salir las cosas bien y acaban saltando de una dimensión a otra sin control. Lo único que tenían asegurado es que el equipo que empleaban, tenía un cronómetro que indicaba cuando era el siguiente salto y debían sobrevivir hasta entonces, esperando que alguno de esos viajes les llevase a su hogar. Os preguntareis porque os hablo de esta serie que veía de pequeña y es que esta sinopsis es válida para la obra que os reseño hoy. Ciencia oscura destacó entre otras sagas de Remender, pero para mí fue la que menos me sorprendió, precisamente porque el concepto principal no me resultaba nuevo. Creo que dos grandes mentes pueden tener la misma idea, pero cuando los pequeños detalles son exactamente iguales estamos rozando el plagio (oops perdón, quería decir homenaje).

Independientemente de si la idea original fue de Remender o no, sin duda hay algo que hizo con mucha inteligencia y es llevar una historia a un medio en el que se podía lucir más que en una serie televisiva de bajo presupuesto. Como suele hacer este autor, acompaño su historia con un gran dibujo. Matteo Scalera es el responsable de hacerte viajar entre múltiples dimensiones, alucinando con cada pequeño detalle. Puedes tirarte horas mirando alguna de las viñetas y es que, a pesar del dinamismo de su dibujo y la gran expresividad de sus personajes, Scalera destaca por crear unos escenarios capaces de dejar boquiabierto a cualquiera. En los primeros números de la obra, este increíble dibujo esta coloreado por Dean White. Podría decir que no existe mejor colorista para el comic pero, lo cierto es que no me viene a la cabeza mejor colorista en general, ya que cuando pienso en un dibujo hermoso siempre me vienen a la cabeza esas viñetas con tonalidades moradas del primer tomo. La salida de Dean White de la saga fue como una puñalada en mi corazón. Fue sustituido por Moreno Dinisio que aunque no hace mal trabajo, no está a la altura de su predecesor ya que su color provoca que el dibujo de Scalera parezca más artificial. quicos que decidieron salir del sistema y dejar su mente expandirse más allá.
A pesar del palito inicial que he querido darle a Remender, la obra es un viaje muy excitante. Lo que más me gusta de este escritor es que sus obras tienen una doble lectura. Por un lado, te ofrece el entretenimiento básico y dinámico que tan bien se le da. Sus historias están llenas de personajes muy peculiares y extravagantemente atrayentes, y de una acción frenética en la que te pierdes y cuando quieres darte cuenta llevas sin respirar un buen rato. Por otro lado, Remender vuelca mucho de el mismo en sus obras y aunque siempre defenderé que Clase Letal es su obra más personal, si conoces la historia del escritor, es muy obvio que en esta obra está hablando de su propia lucha interior entre sus creencias de la adolescencia y el mundo real. Ciencia oscura esconde una profunda reflexión sobre como la sociedad, la masa, destruye el individualismo. Ha utilizado a su personaje principal, un científico anarquista llamado Grant McKay, para reflejar como una gran mente quiere ser controlada por las corporaciones y hace una férrea defensa de que si te introduces en la maquinaria, pierdes tu forma de pensar, pierdes lo que te hace especial para convertirte en un peón más de la cadena de producción. El problema es que si todos seguimos esta idea, con la cual estoy de acuerdo, el mundo sería un caos. El ser humano debe vivir en sociedad pero las grandes hazañas de la humanidad siempre han sido realizadas por esos individuos anárquicos que decidieron salir del sistema y dejar su mente expandirse más allá.

Mi conclusión final es que creo que esta obra es recomendable para todo tipo de personas. Si sólo quieres entretenimiento simple, te lo ofrece, pero si eres como yo y piensas demasiado, aquí encontraras una reflexión sobre la sociedad, realizada por un adolescente punk que tuvo que crecer y decidir si vivir en su utopía anarquista o formar parte de la simple y vulgar sociedad. Cuando termines la obra, una idea te rondará la cabeza. ¿Qué quieres ser, una pieza más del engranaje o ese antisocial que perseguido por el caos, cambió el mundo?
Reseña publicada originalmente en ZonaZhero
Ficha técnica
Título original | Black Science |
Autores | Rick Remender, Matteo Scalera, Dean White, Moreno Dinisio |
Editorial | Norma Editorial |
Fecha de publicación | Marzo 2015 |