El Espíritu del Bosque

El sonido de la desdicha

Las historias de campamentos no son nada comunes en el mundo del cómic. Quizá, porque el género es una marabunta de clichés repetitivos. Es decir, vista una, vista todas. Sin embargo, El Espíritu del Bosque no es un relato convencional. Podríamos decir que es un slice of life con altas dosis de humor, amor y fantasía, por lo que sería difícil catalogarlo. Su dibujo es atrayente, en ocasiones cartoonesco y en otras detallado. Su estilo juvenil adolescente indica claramente cuál es el público objetivo. Pero no te engañes, su relato es una historia universal por la que todos pasamos. Por lo tanto, no cierres esta puerta, descubrirás que hay lecturas entretenidas capaces de liberar tu mente y, con algo de suerte, si es el caso, recuperarás valores que tienes denostados.

De primeras, lo que más llama la atención es su portada. El tono rojizo atenuado, entremezclado con malva natural y rosa anaranjado nos transporta a un hermoso atardecer. En ella, aparecen algunos de los personajes que encontraremos durante la trama, mostrándonos sus personalidades en una sola imagen. Dispersadas entre las copas de los árboles, tenemos un grupo amplio de jóvenes pelirrojas. Al borde del precipicio, una adolescente con mirada de desacuerdo que intenta aislarse del mundo con su música. Por último, saliendo de entre los árboles y caminando hacia la joven desdichada, aparece otra adolescente, en esta ocasión sonriente e irradiando felicidad. Actitudes muy diversas que muestran sus diferentes estados y momentos vitales.

En la adolescencia creemos saberlo todo de la vida, nadie nos puede engañar y aceptamos con dolor que la magia de este mundo es una farsa, una mera ilusión. Todo se desmorona, la realidad nos supera, nuestra mirada se cubre por un fino velo negro, relegando la luz a un ínfimo lugar. Nos encerramos en nosotros mismos y abrazamos la oscuridad, traicionando aquello que nos da la paz. En el peor de los casos, se desata una oleada de rebeldía que suele afectar a aquellos que más nos quieren. Nuestra angustia se acrecienta, pero somos obstinados y no nos postramos ante nadie. Nos encabezonamos y nos enroscamos como seres superiores que somos, divinos, aquellos que todo lo saben y que todo lo han visto ya. La sobreprotección de nuestros padres es algo que no podemos soportar. Nos miran con preocupación, con dolor. Su mirada no emite palabra, pero el sonido de su desdicha nos habla con sinceridad.

Nos encontramos en el verano de 1994, Élodie tiene 17 años, cuando este acabe entrará en la Universidad de Quebec para estudiar literatura. Sus planes antes de dar el salto hacia el inicio de una nueva vida son más bien escasos, dejar pasar el tiempo encerrándose en sus pensamientos con la única compañía de su mejor amiga. Pero la madre de Élodie tiene otros planes, la obliga a pasar 6 semanas en el Campamento del Lago del Oso, para poder costear una pequeña parte de sus estudios. Seamos sinceros, esta señora busca algo más. Todos lo sabemos.

Cuenta la leyenda del Lago de Oso que hace ya algún tiempo dos hermanos se postularon para ostentar el título de “El Espíritu del Bosque”, el cual, fue otorgado al mayor, el más sabio y bondadoso de ellos. El hermano más joven no aceptó su destino y, repleto de celos, luchó para arrebatárselo. La locura lo arrastro a la oscuridad, convirtiéndolo definitivamente en El Espíritu Negro del Bosque. El enfrentamiento entre ambos no parecía tener fin. Pero, un buen día, El Espíritu del Bosque logró lanzar un hechizo que convirtió a su hermano en un animal, consiguiendo así la victoria final. Cuenta la leyenda que cada 30 años El Espíritu Negro del Bosque recupera su forma humana…

Entre pasajes con canciones de Black Sabbath o Nirvana y, con una naturalidad sorprendente en el diálogo entre personajes – gracias a la traducción de Inés Sánchez -, Élodie emprenderá el camino hacia la madurez, haciéndose cargo como monitora de un incontrolable grupo de jóvenes amazonas, con ganas de comerse el mundo y con una imaginación desbordante. Estas pequeñas diablesas son todo amor y ya ocupan su lugar en mi corazón. No es fácil aprender a escuchar antes que a escucharte, romper barreras, liberarte y abrazarte. Si a esto le sumamos que la misteriosa leyenda del Lago del Oso parece estar cobrando forma perturbando tus sueños, este avance se antoja algo más que difícil. Hace 20 años dejé atrás todo aquello que me ataba, aquello que me impedía avanzar. Todos tenemos nuestro proceso evolutivo y los tiempos son diversos dependiendo de cada persona. Por aquel entonces conseguí aceptarme tal y como era, pero lo mejor, para no sentirme solo, fue aceptar a los demás. Arranqué mi velo y pude volver a ver más allá. Gracias a eso, conocí a mi mujer, la persona más importante de mi vida. Sin ella hoy no estaría aquí. Este es el momento de Élodie, es el momento de desnudarse y aceptar que el camino está por empezar, que somos diferentes, que no hay nadie igual. Este es el momento de abrazar la naturaleza y de regresar a la luz. Sin prejuicios. Sin resentimientos. Con un entusiasmo desbordante, como el que muestra el estrafalario director en este mágico campamento. Sentémonos a observar la luz de las estrellas. Encendamos una buena fogata. Qué nada ni nadie nos impida mostrarnos al mundo tal y como somos.

El Espíritu del Bosque de Axelle Lenoir es una lección de vida. Te hace reír y te emociona. Es crítico con quien debe serlo. Defiende el amor y abraza la magia. Léelo. Libérate.

Ficha técnica

Título originalL’esprit du Camp
AutoresAxelle Lenoir
EditorialEdiciones La Cúpula
Fecha de publicaciónSeptiembre 2021

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