Escucha, hermosa Márcia

No he encontrado a nadie que tenga su belleza

Es difícil para nosotros ponernos en situación cuando nos hablan de Río de Janeiro y sus favelas. Cuando yo nací, mi pueblo, Olesa de Montserrat, tenía poco menos de trece mil habitantes. En la actualidad tiene veinticuatro mil, acercándose peligrosamente a los veinticinco mil. Os podéis imaginar que, por aquel entonces, para ubicar a toda la migración que llegaba para labrarse un futuro mejor, afloraron nuevos barrios a un ritmo vertiginoso, por supuesto con planes urbanísticos deficitarios o incluso sin ellos, llenando descampados con barracas construidas de formas inverosímiles. Evidentemente, el shock emocional para la gente autóctona fue brutal, ya que de repente y en pos del progreso, que llegaría años más tarde con el esfuerzo y el trabajo de todos, los robos y hurtos crecieron exponencialmente. Se produjo un fuerte encontronazo cultural y, además, surgieron mafias organizadas que llenaron las calles de drogas, como la heroína, que acabó con casi toda la generación anterior a la mía. Hoy en día, recordamos aquellos años ochenta de manera nostálgica y los idealizamos, pero no debemos olvidar que no es oro todo lo que reluce. Sí, amigos, soy de la era del quinqui. La generación de ‘El Vaquilla’ y ‘El Torete’. Por favor, que los más jóvenes busquen en internet esta referencia cultural para su deleite. Pese a ello y, pese haber pasado por mil y una aventuras que prefiero reservarme, vivir en las favelas de Río es algo que me cuesta imaginar. Marcello Quintanilha nos acerca a ellas narrándonos una historia de lucha maternal, en la que destaca, por encima de todo, la dignidad.

Márcia es una trabajadora incansable, perteneciente a la clase obrera carioca. Desempeña su labor como enfermera de manera magistral, con energía y sencillez. Sus compañeros y pacientes la respetan. Observar cómo se desenvuelve en su entorno laboral nos ayudará a empatizar con ella y a enamorarnos de su personalidad deslumbrante. Cuando Márcia regresa a su humilde hogar en las favelas, junto con su novio Aluísio y su hija Jaqueline, todo parece encogerse. El amor y la paz que tanto anhela, parecen haberse esfumado por la monotonía y por los descaros de una hija frustrada que descarga toda su ira en ella. El futuro de esta joven insolente no parece ser muy alentador, más aún, cuando se ve envuelta en un incidente con criminales dentro de una trama organizada sostenida por policías corruptos.

Escucha, hermosa Márcia es una historia de amor. Es el relato de una madre incansable que, pese al dolor que le causan los descalificativos, desprecios y ninguneos de su hija, lucha por ella con pasión y devoción, esperando corregir, de una vez por todas, sus desvaríos. No es ningún secreto que el futuro de un hijo es para muchos padres, en los cuales me incluyo, una de las mayores preocupaciones. No me refiero a logros banales, si no a alejarlos de desasosiegos, esperando que encuentren su camino en la vida.

En este entramado surgido de la inspiración de un genio, la sonrisa y el dolor viajan siempre de la mano. Los personajes de esta historia son fuertes, con carácter y muy difíciles de olvidar. 

En el pasado Festival de Cómic de Angoulême, Escucha, hermosa Márcia se hizo con el premio Fauve d’Or al mejor álbum del año, dando clara muestra de la calidad indiscutible que atesoran sus páginas. 

Por suerte para mí, en la reciente edición del Graf, encuentro de cómic independiente y autoedición celebrado en Barcelona, tuve la oportunidad de compartir unas palabras con el autor. Lo que más me sorprendió durante la conversación, fue la explicación que este me dio para con el color de la obra. Dentro de mi torpeza, pregunte por la paleta escogida, poco convencional, la cual bajo mi opinión casa muy bien con el ambiente de la trama. Mi sorpresa fue máxima cuando Marcello Quintanilha me explicó que en realidad Escucha, Hermosa Márcia partía del color, siendo este básico en la concepción de toda la obra. De hecho, fue lo primero que se aplicó al papel durante el proceso de creación, y a partir de este, el artista encontró su inspiración, dejando el rotulado para el final. 

Ficha técnica

Título originalEscuta, formosa Márcia
AutoresMarcello Quintanilha
EditorialAstiberri Ediciones
Fecha de publicaciónOctubre 22

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