La sororidad de las novias de Drácula
A la hora de abordar el mito vampírico, y más concretamente la leyenda de Drácula, elegir como ubicación la ciudad de Los Ángeles y como época los años 70 del siglo XX, no parece la más racional de las decisiones, o al menos no la más habitual. Además, como explica la propia autora, Alex de Campi, en el epílogo de la obra, es una decisión puramente estética, tomada “por molar” y porque definitivamente “es algo que no se ha hecho nunca”.
Más intencionada, pero casi igual de chocante es la decisión de centrar esta revisión de la historia de Drácula en sus novias. Pues, aunque son personajes que siempre, en mayor o menor medida, han estado presentes en el lore del legendario vampiro de Transilvania, quizá nunca se les haya dado un protagonismo (para empezar porque en la mayoría de los casos apenas si se las ha dotado de personalidad propia) como el que tienen en esta obra. Aunque decir que esta historia la protagonizan ellas, tampoco sería lo más exacto, pues a pesar de su título, Dracula Motherf*cker! no es un cómic de vampiros.

La historia se nos presenta desde la perspectiva de Quincy Harker, un joven periodista, un fotógrafo para ser más exactos, de Hollywood. Personaje que encarnará la visión del lector en este cómic, a medida que se adentra en las cloacas de la ciudad de las estrellas y los oscuros secretos que esconde tras su elegante y pomposa apariencia.
Si hay algo que hace que esta obra brille y sea única es el arte de Erica Henderson. Lo más llamativo sin duda es el diseño de su Drácula, representado siempre como una presencia abstracta y aterradora que llena cada estancia (en este caso cada viñeta) en la que aparece, generando un ambiente claustrofóbico que hiela la sangre de quien se topa con él. Esta abstracción en la representación del vampiro es algo marcadamente intencionado, pues como admite la guionista, Alex de Campi, su intención siempre fue la de despersonalizar y deshumanizar a un monstruo tan temible como Drácula.
Más allá de este impecable diseño, que recuerda al estilo recargado y caótico de artistas como Trad Moore o Sana Takeda, el despliegue visual de las últimas páginas del cómic es algo digno de estudiarse en escuelas de arte. A lo que hay que añadirle esa paleta de colores neón que harían sentirse orgulloso al mismo Nicolas Winding-Refn, y que es la propia artista la que los aplica.

Lo que nos cuenta este cómic seguramente no cambie la vida de ningún lector, de hecho, podría argumentarse que no cuenta nada. Es más un breve ejercicio narrativo que simplemente busca combinar un género como es el thriller angelino con la leyenda de Drácula. Bueno, quizá no es sólo eso, porque algo que he ido introduciendo, pero de lo que aún no os he hablado es de las novias de Drácula, y del papel que juegan en esta historia.
La intención de las autoras al construir esta historia nunca fue la de hablar de Drácula, ni siquiera la de hablar sobre Quincy Harker. Por debajo de todo ello, hay un tema que subyace durante toda la obra, el tema del machismo y el maltrato al que tiene sometidas Drácula a sus novias. El vampiro se nos presenta ante todo como un depredador, no sólo un depredador en el sentido literal de la palabra, se alimenta de gente viva, al fin y al cabo, sino también como un depredador sexual. Alguien obstinado en buscar siempre una nueva chica joven a la que prometer la vida eterna a cambio de que se una a su harén. Promesa que vemos como ha incumplido una y otra vez, pues cuando se cansa de ver como la belleza y de la juventud de su última presa se convierte en estática y eterna, tras el beso de sus colmillos en el cuello de la joven, la abandona a su suerte, en busca de una nueva presa. Una vez más, de Campi admite que la representación de Drácula como un ente informe y despersonalizado es la manera que tiene de abordar su visión de cómo las mujeres están expuestas a un peligro mayor que el que representa un único hombre.

Parece que sólo pensamos en este mensaje en ciertos momentos del año, o cuando algo terrible ha sucedido. Como con todos los colectivos oprimidos tendemos a ignorar, o a querer ignorar, la constante opresión y peligro al que están sometidas las mujeres. Nuestro silencio, nuestra indiferencia, aunque probablemente nos haga la vida más llevadera, es precisamente lo que perpetúa esta opresión. Y no, no estoy diciendo que las mujeres estén viviendo en las mismas circunstancias que los vasallos medievales, pero seamos honestos, la situación de desigualdad que engendra y fomenta la sociedad en la que vivimos es algo verdaderamente vergonzoso. Y es labor de todos hacer que se acabe.
Finalmente es la sororidad, la hermandad entre las novias que Drácula ha ido abandonando a lo largo de los siglos, en busca de una joven nueva con la que jugar a su antojo, lo que puede suponer una verdadera amenaza a la hegemonía del vampiro de Transilvania. Lo que nos recuerda, que unidas somos más fuertes, y que hay veces que necesitamos de toda nuestra fuerza para darle la vuelta a una situación tan sistémica como injusta.
Ficha técnica
Título original | Dracula Motherf*cker! |
Autores | Alex de Campi, Erica Henderson |
Editorial | Image Comics |
Fecha de publicación | Octubre 2022 |