El Ángelus

El arte evocador

Recuerdo de pequeño, la primera vez que pise el Museo del Prado. Crecí con el mensaje a mi alrededor de que los museos son sitios aburridos, donde la mayoría va a contemplar cuadros o esculturas absurdas que no entienden, sólo al alcance de gente rica o pomposa que las mira y asienten entre sí, sólo para sentirse mejor que los demás. Pero, lo que me encontré allí dentro produjo en mí algo muy diferente a este concepto. Cada una de esas pinturas era una ventana a un mundo nuevo y desconocido, lleno de historias que volaban por mi cabeza, de misterios que necesitaba averiguar. Nunca imaginé que un dibujo estático pudiera moverse ante mis ojos, provocando querer saber más sobre el cómo, el por qué y el quién de todo lo que estaba viendo. Contemplé a un Velázquez juguetón, invirtiendo la perspectiva en su cuadro de Las Meninas, tal vez para decirnos que se puede saber más de la aristocracia por lo que no se ve que por lo que nos quieren mostrar. Paseé por El Jardín de las Delicias de El Bosco, donde mi mente explotó al descender del paraíso al infierno en sólo un vistazo. Y se me heló la sangre al mirar a los ojos de Saturno devorando a sus hijos de Goya, como si el mal mismo hubiera puesto su mirada en mí. Se avivaron en mí millones de sensaciones desconocidas y pasiones como la historia o los estilos de pintura. Pero, sobre todo, la transmisión de emociones e ideas.

Y eso es precisamente el arte, un agente de cambio, de estimulación, de iluminación, capaz de mostrar en nosotros cosas que teníamos ocultas o sensaciones y necesidades que desconocíamos. Agitar nuestras mentes dormidas, remover el avispero de nuestros corazones, llevarnos al sumun de la alegría en un santiamén para luego golpearnos y bajarnos al infierno de la tristeza. Suelo ser muy pesado con la gente que ignora el arte y nunca se ha acercado a experimentar la lectura de un buen libro, probar a escuchar otros estilos de música que no conocía, ir al teatro o a un musical, salirte de tu zona de confort viendo otra película de un género que no suele ser el tuyo, acudir a un museo sea del tipo que sea, y sobre todo quitar el estigma que hay en la lectura de cómics. Gracias a que considero que yo he sido muy abierto a acercarme a todo tipo de prácticas, siento que he vivido millones de vidas y experiencias que me han enriquecido como nunca hubiera imaginado. Me apena ver que alguien no pueda sentir lo mismo.

Os cuento todo esto porque El Ángelus trata precisamente de esto, del despertar de un hombre abotargado en una vida aburrida y cuadriculada. Su nombre es Clovis, un comercial farmacéutico de mediana edad que vive sin pasiones en su vida, sólo preocupado por el trabajo y poco más, al que hasta su mujer y dos hijos consideran aburrido. Nuestro protagonista afronta la noticia de que padece un mieloma y que esta a la espera de que tal vez, aparezca un donante de médula compatible, única forma de poder curarse. Ni siquiera la familia lo sabe porque piensa que no merece la pena preocuparles. Al salir del médico, algo le impulsa a entrar en el Museo de Orsay, a pesar de que nunca antes había entrado en uno. Allí descubre el cuadro de El Ángelus de François Millet, y sin saber la razón, al contemplarlo, comienza a llorar y cae casi desmallado al suelo. La visión de esta pintura, crea en Clovis una sensación inexplicable para él, que despierta una pasión e incluso obsesión hacia el misterio que envuelve a esta pintura. Poco a poco irá investigando e informándose, y dicha obsesión se acrecentará al saber que el gran Salvador Dalí reprodujo cientos de veces dicha obra porque produjo lo mismo en él.

A partir de aquí, empieza un viaje de investigación y descubrimiento en la que este comercial farmacéutico experimentará cambios en su vida como un nuevo despertar. Apreciará nuevas sensaciones y vivencias, cometerá errores, y deberá enfrentar cosas de su pasado y su presente que desconocía, pero que le harán vivir esa vida que hasta ahora parecía estar en blanco y negro. Todo ello, gracias a una obra de arte que, a priori, sólo muestra  a una pareja de agricultores rezando en el campo, pero que llenará de color la vida de Clovis.

Tanto como de color ha llenado la mía los maravillosos dibujos de Josep Homs, cuyas viñetas hacen que puedas obsesionarte con cada una de ellas parándote a observar con detenimiento los detalles que este dibujante es capaz de hacer. Gracias a ello, el guión tan imaginativo y original de Frank Giroud cobra vida haciéndonos a todos los lectores participes de este viaje apasionante y sumergiéndonos en el misterio que rodea a este cuadro. En definitiva, un tándem que ha creado magia en un cómic imprescindible para los amantes de las pinturas y de la historia o enigmas que hay en ellos.

Por último, querido lector, no dejes de acercarte al arte en todas sus formas, y una de ellas mismamente puede ser este cómic. El día a día de la vida nos atropella y nos encasilla en vidas repetitivas que casi nos convierten en zombis vivientes. Personas grises con trajes grises y mentes grises. Pero la chispa prende en nosotros con facilidad si consigue la inspiración necesaria, despertando nuestras mentes y llenando nuestro mundo de color, porque al igual que El Ángelus, escondemos mas en nuestro interior de lo que a primera vista se ve. Consume arte, crea arte y tú mismo serás una gran obra de arte.

Ficha técnica

Título originalSecrets. L’Angelus
AutoresFrank Giroud, Josep Homs
EditorialNorma Editorial
Fecha de publicaciónDiciembre 2020

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